Sólo pasaba a recordarte, así,
con manos apresuradas,
muy manso en las palabras,
que eres una mujer a la que admiro;
no por lo que veo, sino por lo que vivo,
arrebatado entre tus labios,
encadenado a tu ombligo;
por quien eres, por lo que haces
y por quien soy
desde que estoy contigo.
Silueta de mujer. Sandra Soler http://www.sandrasoler.com |